miércoles, 25 de febrero de 2009

Nace el ‘ticket Psy'

“¿Doctor, le puedo pagar con ticket-Psy?” Después de los cheques restaurant o los cupones vacacionales, se trata del último grito en Francia en vales corporativos. El ticket-Psy -valorado en cien euros- se les entrega a aquellos empleados diagnosticados con tensión o problemas psicológicos para que acudan a sesiones de psicoterapia -diez como máximo- a cargo de la empresa. Aunque reciente, ya se empieza a instaurar en diferentes sectores, sobre todo, en aquellos donde el estrés está a la orden del día. Un servicio inmediato para los empleados y una ventaja a largo plazo para la empresa.

Carla Sarabia. París.- La idea ha surgido a raíz de la ley francesa de modernización social, adoptada en 2002, según la cual, la empresa está obligada a ocuparse de la salud física y mental de sus empleados. Según los estudios, la media de empleados necesitados de apoyo psicológico es del 5%. Los innovadores han sido los miembros de un gabinete francés de prevención de riesgos psicosociales llamado ASP Empresas, una sociedad que se presenta como especializada en el desarrollo de las condiciones de calidad de vida en el trabajo.
En declaraciones a Época, la directora general de ASP, Valentine Burzynski, explica que su objetivo es el de “mediar los dos problemas que pueden surgir en el trabajo: la organización colectiva y los problemas personales”. “Se trata de ofrecer a los médicos de la empresa una herramienta para poder apoyar al trabajador”, afirma. Y a través de este sistema, “se evita la aparición de otras dificultades más serias como puede ser la degradación del estado mental de un empleado, señala Burzynski.

Dar el paso
El funcionamiento es simple: la empresa que quiere llevar a cabo el sistema firma un convenio con la empresa creadora. Después, ambas se encargan de informar a los empleados, quienes deciden cuáles son sus necesidades. A continuación, el médico corporativo diagnostica el caso y distribuye tanto los tickets como la lista de los psicoterapeutas -no todos son psicólogos- colaboradores con la empresa. El asalariado escoge, según sus criterios, un especialista de los presentes en el convenio. A largo plazo, la empresa obtiene beneficio al no tener que pagar “daños mayores por no haber resuelto los problemas a tiempo”, detalla Burzynski. La cuestión del coste de un psicólogo es con frecuencia el freno para que las personas reciban este servicio. Quizá con este sistema, aquellos a los que les hace falta este tipo de terapia y que no disponían de medios para permitírselo, ahora lo hagan.

Actualmente, una centena de psicólogos, psicoterapeutas -sin estudios oficiales- y psiquiatras se han unido a la red ticket-Psy. Según ASP, “han sido seleccionados en función de su conocimiento por el mundo empresarial”. Al ser la empresa quien se encarga de seleccionar la lista de profesionales, el trabajador se ve obligado a tener un psicoterapeuta impuesto, algo que algunos psicólogos, interrogados por Época, consideran “injusto para el paciente al privarle de la libertad de elección”.

La empresa paga cien euros por uno de estos cupones -vale por una sesión-, cantidad que comprende el reglamento de la consulta y los gastos anexos. Un empleado puede, legítimamente, solicitar dos talonarios equivalentes a diez sesiones de psicoterapia. “Esta cantidad de sesiones es suficiente para el paciente”, estima ASP. Si al cabo de diez sesiones, el empleado desea seguir con la terapia -algo muy probable, porque según los psicólogos, estas terapias “enganchan”-, deberá solventarlo por su cuenta. “Nosotros estimamos un tiempo medio suficiente para resolver la situación de malestar del trabajador, pero cuando se entra en situaciones más personales o extraprofesionales ya no es responsabilidad de la empresa”, aseguran los innovadores del sistema.

No todo es oro
Aún es pronto para hacer balance sobre las repercusiones del servicio. Es difícil imaginar a alguien en una entrevista de trabajo preguntar si el ticket-Psy es una de las prestaciones de la empresa. Sin embargo, hay opiniones para todos los gustos, y algunos psicólogos se han manifestado en contra de esta técnica.

En declaraciones a Época, Mireille Bouskéla, presidenta del Sindicato de psicólogos en ejercicio liberal, explica que desde el punto de vista de los psicólogos, este sistema de cupones no es ético por dos motivos. En primer lugar, “se trata de una propuesta que limita la libertad del paciente ya que no es él quien elige a su psicoterapeuta, sino que se le impone uno de los de la lista escogida previamente por la empresa”. De esta manera, “se está, además, atacando al secreto profesional”, asegura.

Por otra parte, Bouskéla detalla que “el concepto de ticket en sí mismo devalúa la profesión”. “No se puede consentir que a cambio de un servicio humano se nos pague con un cupón corporativo”, afirma decepcionada. Además juzga de “lamentable” y “vergonzosa” la iniciativa ya que “además de precarizar la profesión se está comercializando el sufrimiento humano”.

Funcione o no, por el momento, hay una decena de empresas que han adoptado este servicio, y la iniciativa ha sido seguida en España. Además, se trata de un sistema, que, sin duda, ha servido para que muchos empresarios admitan y reaccionen ante los problemas como la tensión o el estrés en el trabajo que dificultan el entorno laboral y afectan a la calidad del resultado. (Reportaje publicado en la revista Época)