La Brigada financiera registra la casa de la heredera de L’Oreal en busca de pruebas que apoyen a su hija
Ocho horas es el tiempo que la policía de la brigada financiera ha dedicado a registrar documentos en casa de Liliane Bettencourt. ¿El motivo? Encontrar las pruebas de un posible abuso de la debilidad de la anciana por parte del fotógrafo François-Marie Barnier –que ya no es el heredero universal-. En palabras de la prensa francesa se trata de un “espectacular registro policial”, que añade un nuevo episodio al ‘affaire’ del verano –y pronto del otoño-.
“Notitas”
Lo que la policía ha intentado encontrar son las “notitas” que reforzarían las sospechas de manipulación sufrida por la anciana que reflejan las grabaciones que uno de los mayordomos presentó a la policía. Una de las muchachas de Bettencourt, interrogada en julio y agosto, aseguró a la policía que la millonaria recibía informaciones, como sus intervenciones en el extranjero, a través de estas “notitas” que redactaban sus “consejeros”. Por ejemplo, según la empleada, la víspera de la visita del presidente de la República, en la notita que le transmitieron ponía que debía “felicitar al presidente por su gestión del país y mostrarle su apoyo, antes de explicarle las dificultades con su hija”.
Asimismo, según esta fuente, la heredera de L’Oreal, habría recibido trozos de papel en su casa con la palabra “tutela”, con la intención de que conociera los propósitos de su hija de incapacitarla.
Bajo las ordenes de la juez Isabelle Prévost-Desprez, cinco agentes y un cerrajero irrumpieron en el domicilio de Bettencourt, en Neuilly, a las afueras de París para inspeccionar meticulosamente cualquier prueba que pudiera dar la razón a su hija, Françoise Meyers-Bettencourt. Durante la inspección, los investigadores abrieron tres cajas fuertes, una de ellas, pertenecía al difunto marido de la millonaria, André Bettencourt y registraron las dependencias de los empleados.
Liliane Bettencourt, que continúa “disfrutando” de sus vacaciones en Mallorca, no tardó en reaccionar y en mostrar su humillación ante el registro de su propiedad: “Me siento indignada y contrariada, dolida y triste de ver mi vida privada expuesta y violada de nuevo”, afirmó la segunda fortuna de Francia y añadió en un fax dirigido a los diarios franceses: “No comprendo por qué se me trata de esta manera cuando –si creo lo que leo- se supone que soy una víctima” y denunció “la manera de comportarse” y de “ensañar” de su hija y de la juez : “Se creen que soy lo bastante fuerte como para soportar sus humillaciones y sus ataques”, aseguró indignada.
En la misma línea, el abogado de Bettenccourt, Georges Kiejman, se ha mostrado “escandalizado” y ha manifestado su desacuerdo con que la juez Prévost-Desprez no haya esperado al 14 de septiembre, fecha en la cual el tribunal de apelación de Versalles debe pronunciarse sobre el recurso interpuesto por Kiejman tras la denuncia de “abuso de debilidad”.
Aún en el ajo
Por otra parte, el ministro francés de trabajo, Éric Woerth, no logra sacar el pie de este ‘affaire’. Sospechoso de conflicto de intereses, Woerth ha reconocido que solicitó la Legión de Honor para Patrice De Maistre, el gestor de la fortuna. Según varios diarios franceses el ministro habría escrito una carta a Sarkozy solicitándole la atribución del distintivo. Las sospechas indican que este favor sería la contrapartida del empleo de su esposa que trabajó para Clymène, una de las empresas gestoras de la fortuna.
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