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Francia desconfía de la vacuna contra la gripe A
Esta semana ha comenzado en los hospitales franceses la campaña de vacunación contra el virus H1N1. Desde este verano, los profesionales sanitarios figuran como los primeros en la lista para recibir la vacuna. Una lista, elaborada por el alto consejo de la sanidad pública, en la que se ha establecido un orden de prioridad. Con el objetivo de evitar contaminar a sus pacientes, los primeros de la lista en vacunarse serán los pediatras, el personal sanitario de maternidad y los médicos que están en contacto con personas afectadas por la gripe.
A este sector de la población les seguirán las mujeres embarazadas, las personas con bebés, o el personal de guarderías que se vacunarán también durante la primera etapa. Los siguientes en vacunarse, el resto de ciudadanos, empezando por los más propensos, deberán “esperar” hasta el 5 de noviembre. El gobierno francés ha previsto 1080 centros médicos donde se distribuirán las 94 millones de dosis de vacunas contra la gripe A, que Francia ha encargado a los laboratorios por una suma de casi mil millones de euros. Según las autoridades francesas –la Organización Mundial de la Salud no está de acuerdo- son necesarias dos dosis de vacunas por persona para inmunizarse contra el virus. La cantidad encargada en el hexágono permitirá vacunar a dos tercios de la población francesa. Según los expertos, el hecho de vacunar a uno de cada dos franceses, lo que supone más 30 millones de ciudadanos, debería ser suficiente para proteger al conjunto de la población. La Asistencia pública de hospitales de París ha recibido ya 30.000 dosis, lo que servirá para inmunizar al conjunto del personal sanitario de los hospitales de la capital francesa.
“Yo no me pincho”
Doce colegios cerrados, 103.000 nuevos casos de gripe A en una semana, 37 muertos en por culpa del virus pero Francia no teme a la epidemia.
Desde este verano, se han publicado numerosas encuestas que muestran un rechazo a vacunarse por parte, tanto de la población francesa, como del personal sanitario.
Interrogado por Intereconomía sobre la última encuesta publicada por el diario francés Le Monde, en la que se refleja que tan solo el 52% de los médicos liberales está dispuesto a vacunarse, Roger Rua, secretario general del Sindicato de Médicos Liberales, ha asegurado que “es muy preocupante que los médicos duden de esta vacuna”. Rua afirma que los médicos están en una situación complicada porque “por un lado tenemos que seguir las indicaciones procedentes del ministerio de sanidad pero por otro, desde hace varias semanas, hay numerosas informaciones contradictorias que aseguran que la vacuna es peligrosa para la salud, lo que está generando dudas que hacen que los médicos no se precipiten a vacunarse”.
“Yo no me vacuno ni contra la gripe estacional, evidentemente, no voy a hacerlo contra la gripe A”, declaraba un médico de un hospital del sur de París, que se manifestaba preparado a afrontar los riesgos de la pandemia y que además estima que hay demasiadas incertitudes al respecto. “Se trata de una vacuna que se ha preparado con urgencia”, asegura el doctor.
Las reticencias existen también entre los científicos. Para Emmanuel Hirsch, profesor de ética de la facultad de medicina de la universidad París XI, “la controversia actual en el seno de los profesionales de la salud revela evoluciones que pueden plantear dudas e incluso preocupar”. El profesor se sorprende de que en una sociedad en la que predomina la lógica “la medicina fundada en pruebas”, los datos publicados por las instituciones nacionales e internacionales respecto al virus sean puestas en tela de juicio por tratarse de “datos científicamente no probados”. Para el profesor Hirsch, el rechazo de algunos profesionales a vacunarse, puede ser “la respuesta a una autoridad pública que exagera el mensaje de la necesidad de vacunarse”.
En la misma línea, Martine Perez, redactora jefe del diario francés Le Figaro, describía que “la organización casi militar de la campaña de vacunación en Francia no anima a vacunarse”. “El hecho de que no sea el médico generalista quien la distribuya sino que sea necesario trasladarse a un centro, desanima a los ciudadanos”.
Una encuesta publicada por el organismo francés, Consejo Superior Audiovisual (CSA), refleja que el 80% de los ciudadanos franceses no tiene miedo de contagiarse del virus H1N1. Pero hay más. El 59% de las personas entrevistadas asegura que en caso de contagiarse, no estaría preocupado. Y sin embargo la epidemia está ahí. Según la Organización mundial de la salud (OMS), Francia es uno de los países de Europa más afectados por el virus.
La influencia de la epidemia en las personas dependerá del número de muertes en Francia, según explica el psiquiatra francés, Frédéric Chapelle. “Si la epidemia avanza pero el número de casos mortales no se dispara, el miedo disminuirá”, sin embargo, “si cada día salen nuevos casos de muertes en la prensa, el pánico se propagará”.
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