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El pintor malagueño, Pablo Picasso
“Jamás se ha regalado tal cantidad de obras”. Claude Picasso, hijo del pintor, argumentaba con estas palabras su decisión de denunciar por receptación a Pierre Le Guennec. Se trata de un anciano de 71 años, antiguo electricista del artista, que ha conservado durante cuarenta años más de doscientas setenta obras desconocidas, que supuestamente, Picasso o su esposa le habían regalado cuando trabajó en su casa. La inédita colección está valorada, según los expertos, en unos sesenta millones de euros.
Entre las obras que datan de los años 1900 a 1932, figuran acuarelas del conocido como periodo azul picassiano, aguadas en papel, collages cubistas, litografías, retratos de su primera esposa, Olga, y otras piezas que ya han sido requisadas por la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales (OCBD) y que ahora están custodiadas en locales a las afueras de París.
Este curioso episodio comenzó el pasado 14 de enero. Claude Picasso, heredero y administrador de la sucesión del pintor, recibió una carta de Pierre Le Guennec, que incluía varias fotografías de obras de su padre, -hasta ahora, desconocidas por los historiadores del arte-. En su correo, reclamaba los certificados de autenticidad de las piezas. Atónito, Picasso hijo rechazó la petición del electricista. Durante los meses posteriores, Le Guennec continuó enviando nuevas fotos de los más de doscientos cuadros, entonces, en su posesión.
El pasado 9 de septiembre, Pierre Le Guennec, acompañado por su esposa, decidió presentarse en las oficinas de Picasso Aministration, situadas en el centro de París, con varias maletas llenas de obras inéditas del artista y de fotografías de otras cuantas. Ninguna de estas piezas figura en el inventario que se realizó tras la muerte del pintor español. En este momento, el asunto comenzó a adquirir cierta seriedad.
Por el momento, nadie comprende cómo ni por qué este, hasta hoy, desconocido señor, ha conservado en secreto tantas obras de Pablo Picasso durante tantos años. Las informaciones desveladas por el periódico francés, Liberation, -el primero en hacerse eco de la noticia-, revelan que Pierre Le Guennec conoció al artista porque trabajó para él durante los últimos años de su vida. Por lo visto, el electricista “se encargó de instalar los sistemas de alarma en las residencias del pintor”. Según Le Guennec, fue el mismo Picasso, quien le regaló todos estos cuadros. Una afirmación, que los herederos del artista no creen en absoluto.
Versión increíble
“Se trata de un regalo demasiado importante, teniendo en cuenta la personalidad de mi padre” –muy apegado a sus obras-, asegura Claude Picasso al mismo periódico. Además, el pintor “fechaba y firmaba todas las obras que salían de su taller”. La mayoría de las piezas requisadas a Le Guennec no están firmadas.
Las sospechas obligaron a los seis herederos del legado de Picasso a presentar este caso ante la justicia francesa. El pasado 23 de septiembre, denunciaron al electricista por receptación.
Una semana más tarde, las autoridades competentes requisaron la colección en el domicilio del matrimonio situado en Mouans-Sartoux, una localidad francesa cercana a la Costa Azul.
El jubilado fue detenido durante varias horas. Según los investigadores, “cambió de versión” y aseguró, posteriormente, que “no era un regalo de Pablo Picasso, sino de su esposa”, Jacqueline, fallecida en 1986, quien supuestamente le cedió las creaciones de su marido.
En cualquier caso, Claude Picasso, excluye las dos versiones del anciano porque asegura al periódico francés, que “no tienen ningún fundamento” y añade que esta cantidad de obras forman “una parte de la vida” del pintor. Picasso hijo desea que “la justicia aclare este asunto lo antes posible” y que “nadie pueda obtener beneficio de un mal acto, si es el caso”, afirmó.
“Un electricista asegura que Picasso le regaló 271 obras” o “el mundo del arte en estado de shock”, son algunos de los titulares de la prensa francesa que reacciona con asombro ante el enigma del reciente descubrimiento. A la espera de ser autentificadas, las obras permanecen almacenadas en los locales de la OCBC, aunque “vista la reacción de la familia, no hay muchas dudas”, aseguran fuentes policiales. Muchas de las láminas están numeradas. Algo, que “ningún falsificador podría conocer”. “Lo importante ahora es recuperar un conjunto de piezas muy importantes para la historia del arte”, asegura el administrador de la herencia de Picasso.
"Seguramente me regalaron los cuadros porque estaban contentos de mi servicio", ha declarado el electricista poseedor de los inéditos picassianos en las últimas horas, desmintiendo así la hipótesis del robo, sostenida por los hijos de Picasso. "Había demasiada vigilancia como para robar", ha insistido Le Guennec, quien quiere "que todo se aclare mientras esté vivo". Su mujer ha añadido que guardaban los cuadros "con amor", "en una caja en el garaje"
Entre las obras que datan de los años 1900 a 1932, figuran acuarelas del conocido como periodo azul picassiano, aguadas en papel, collages cubistas, litografías, retratos de su primera esposa, Olga, y otras piezas que ya han sido requisadas por la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales (OCBD) y que ahora están custodiadas en locales a las afueras de París.
Este curioso episodio comenzó el pasado 14 de enero. Claude Picasso, heredero y administrador de la sucesión del pintor, recibió una carta de Pierre Le Guennec, que incluía varias fotografías de obras de su padre, -hasta ahora, desconocidas por los historiadores del arte-. En su correo, reclamaba los certificados de autenticidad de las piezas. Atónito, Picasso hijo rechazó la petición del electricista. Durante los meses posteriores, Le Guennec continuó enviando nuevas fotos de los más de doscientos cuadros, entonces, en su posesión.
El pasado 9 de septiembre, Pierre Le Guennec, acompañado por su esposa, decidió presentarse en las oficinas de Picasso Aministration, situadas en el centro de París, con varias maletas llenas de obras inéditas del artista y de fotografías de otras cuantas. Ninguna de estas piezas figura en el inventario que se realizó tras la muerte del pintor español. En este momento, el asunto comenzó a adquirir cierta seriedad.
Por el momento, nadie comprende cómo ni por qué este, hasta hoy, desconocido señor, ha conservado en secreto tantas obras de Pablo Picasso durante tantos años. Las informaciones desveladas por el periódico francés, Liberation, -el primero en hacerse eco de la noticia-, revelan que Pierre Le Guennec conoció al artista porque trabajó para él durante los últimos años de su vida. Por lo visto, el electricista “se encargó de instalar los sistemas de alarma en las residencias del pintor”. Según Le Guennec, fue el mismo Picasso, quien le regaló todos estos cuadros. Una afirmación, que los herederos del artista no creen en absoluto.
Versión increíble
“Se trata de un regalo demasiado importante, teniendo en cuenta la personalidad de mi padre” –muy apegado a sus obras-, asegura Claude Picasso al mismo periódico. Además, el pintor “fechaba y firmaba todas las obras que salían de su taller”. La mayoría de las piezas requisadas a Le Guennec no están firmadas.
Las sospechas obligaron a los seis herederos del legado de Picasso a presentar este caso ante la justicia francesa. El pasado 23 de septiembre, denunciaron al electricista por receptación.
Una semana más tarde, las autoridades competentes requisaron la colección en el domicilio del matrimonio situado en Mouans-Sartoux, una localidad francesa cercana a la Costa Azul.
El jubilado fue detenido durante varias horas. Según los investigadores, “cambió de versión” y aseguró, posteriormente, que “no era un regalo de Pablo Picasso, sino de su esposa”, Jacqueline, fallecida en 1986, quien supuestamente le cedió las creaciones de su marido.
En cualquier caso, Claude Picasso, excluye las dos versiones del anciano porque asegura al periódico francés, que “no tienen ningún fundamento” y añade que esta cantidad de obras forman “una parte de la vida” del pintor. Picasso hijo desea que “la justicia aclare este asunto lo antes posible” y que “nadie pueda obtener beneficio de un mal acto, si es el caso”, afirmó.
“Un electricista asegura que Picasso le regaló 271 obras” o “el mundo del arte en estado de shock”, son algunos de los titulares de la prensa francesa que reacciona con asombro ante el enigma del reciente descubrimiento. A la espera de ser autentificadas, las obras permanecen almacenadas en los locales de la OCBC, aunque “vista la reacción de la familia, no hay muchas dudas”, aseguran fuentes policiales. Muchas de las láminas están numeradas. Algo, que “ningún falsificador podría conocer”. “Lo importante ahora es recuperar un conjunto de piezas muy importantes para la historia del arte”, asegura el administrador de la herencia de Picasso.
"Seguramente me regalaron los cuadros porque estaban contentos de mi servicio", ha declarado el electricista poseedor de los inéditos picassianos en las últimas horas, desmintiendo así la hipótesis del robo, sostenida por los hijos de Picasso. "Había demasiada vigilancia como para robar", ha insistido Le Guennec, quien quiere "que todo se aclare mientras esté vivo". Su mujer ha añadido que guardaban los cuadros "con amor", "en una caja en el garaje"