miércoles, 1 de diciembre de 2010

Entrevista. "El temor de los mercados puede resurgir en cualquier momento"


Christian Prince, PDG Schelcher Prince

Tras varias semanas de agitación, la intervención del Banco central europeo ha logrado calmar la situación. Sin embargo, “la crisis de la deuda seguirá obsesionando a los mercados porque todavía no hay soluciones concretas” advierte Christian Prince, Presidente Director General, de la sociedad Gestora de carteras francesa, Schelcher Prince. Sus más de treinta y cinco años de experiencia en el sector financiero le conducen a pensar que “el menor signo de debilidad por parte de alguno de los países en dificultad desencadenará la tensión”.

Los mercados han reaccionado positivamente a las medidas anunciadas por el BCE ¿El temor de los inversores puede resurgir?

El BCE ha anunciado su presencia y su apoyo al mercado a través de la compra de obligaciones de los Estados, en caso necesario. Es cierto que el discurso firme y constante del señor Trichet ha terminado por dar frutos. Sin embargo, no hay una gran decisión en la que los mercados puedan apoyarse. La incertidumbre sigue presente y si alguno de los países en dificultad muestra el mínimo signo de debilidad renacerán las preocupaciones.

¿Qué esperan los mercados?

Aunque son conscientes de los mecanismos impulsados, necesitan precisión y soluciones concretas.

¿Por ejemplo?

Un mensaje político fuerte de la Unión Europea y de sus líderes. Se necesita más coordinación política y fiscal en vez de planes de rigor independientes en cada país. Un sistema de solidaridad que permita el acercamiento de las fiscalidades, de los sistemas sociales… La cuestión importante es si nuestro sueño europeo sobrevivirá, quiero creer en ello, y en que nuestros actos se concuerden con vistas a este objetivo.

¿En qué medida la crisis de Irlanda afecta a Portugal y España?

Estamos ante un verdadero problema de moratoria sobre la deuda irlandesa y una quiebra del país plantearía una seria dificultad para esos dos países.

Desde la OCDE insisten en que “no hay que meter a todos los países en el mismo saco”.

La situación ante la crisis del euro en los tres países es muy diferente. En Irlanda, los bancos han tenido que ser rescatados por el Estado mediante 50 mil millones de euros debido al hundimiento del sector inmobiliario. En Portugal, el problema procede, más bien, del endeudamiento del Estado y del debilitamiento de la economía. En España, la explosión del mercado inmobiliario ha provocado una situación complicada para las cajas de ahorros. La ventaja de España en el sistema financiero es que cuenta con bancos muy sólidos a nivel internacional como el Santander, uno de los principales bancos europeos o el BBVA. Hay que añadir que el sistema FORB, que permite las fusiones de las cajas de ahorros funciona bien, lo que supone una esperanza.

Entonces ¿por qué España plantea una preocupación?

Hay que tener en cuenta que Irlanda ha necesitado 85.000 millones de euros de apoyo. España es un país casi siete veces más grande, por lo que, en el caso de tener que recurrir a la ayuda europea, haga la multiplicación de lo que necesitaría. Aquí es donde está la actual preocupación de los inversores en países como España.

¿Por qué el contagio de estos países plantea una "situación muy problemática" para Francia?

Los bancos franceses tienen intereses considerables. Si Gran Bretaña acude a socorrer a Irlanda, no es por pura caridad, sino porque han invertido mucho y la quiebra de Irlanda les saldría muy cara. Las dificultades de estos estados plantean un peso pesado para los inversores franceses como nosotros porque hemos invertido en títulos irlandeses, portugueses y españoles cuya valorización bursátil se ha debilitado por completo.

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