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“Esperamos que los franceses, holandeses, suizos e italianos sigan nuestros pasos”. El diputado belga, precursor de la ley del burka, Denis Ducarme, lanzó el jueves una llamada a los países vecinos. Bélgica se ha convertido en el primer Estado europeo que vota este proyecto de ley. La Cámara de representantes adoptó el jueves por unanimidad la prohibición general del velo islámico integral en todos los espacios públicos, incluida la calle. Ducarme mostró su satisfacción tras el resultado de la votación: “Podemos sentirnos orgullosos de ser belgas”. Francia presentará el proyecto de ley en consejo de ministros el próximo mes de mayo y será votado antes del verano.
A partir de ahora, acceder a cualquier servicio público, ir de compras, entrar en un parque, o incluso, pasearse por las calles del territorio belga, será ilegal para todas las mujeres que lleven el rostro completamente cubierto. El texto prevé multas de entre 15 y 25 euros o penas de entre uno y siete días de cárcel para aquellas personas “cuyo rostro escondido o disimulado completa o parcialmente no pueda identificarse”.
Los belgas pretenden con esta prohibición “defender unos valores universales” y sobre todo, tal y como asegura el diputado liberal Daniel Bacquelaine, “el rostro es el reflejo de la Humanidad”. Para la extrema derecha del país, la aprobación del proyecto del ley sobre el burka, supone “un primer paso en la lucha contra el islamismo radical”. Actualmente, de los 400.000 musulmanes que viven en Bélgica –de un total de 10 millones y medio de habitantes–, el velo integral concierne a una minoría de mujeres, sin embargo, otra preocupación que genera tensiones y polémica es la presencia de los pañuelos que cubren las cabezas de las niñas en los colegios. Recientemente se ha rechazado la denuncia que una profesora de la localidad belga de Charleroi había presentado porque el colegio le prohibía dar clases con el pañuelo.
Poyecto francés
Francia es otro de los países en los que el debate sobre la prohibición de los velos en todo el territorio continúa siendo una de las actuales prioridades del Gobierno. El proyecto de ley francés que será presentado en consejo de ministros el próximo 19 de mayo para que sea votado antes del verano, está compuesto por dos artículos. Para su elaboración, los redactores del texto aseguran se han basado en los “valores del país”. El primer artículo, destinado a las mujeres que visten con burka, estipula: “Nadie puede, en el espacio público, llevar una vestimenta que disimule el rostro”. La multa máxima para estas personas es sólo de 150 euros, porque “ellas son casi siempre las víctimas de esta negación de los derechos”.
Pena de cárcel
Pena de cárcel
La severidad de esta ley recae sobre los maridos musulmanes. El segundo artículo instaura un nuevo delito ante la imposición de un velo integral, que se añadirá al capítulo cinco del código penal sobre los atentados contra la dignidad de la persona. Por tanto, si la ley se aprueba, sería ilegal imponer esta prenda a una mujer “por medio de la violencia, amenazas o abuso de poder o de autoridad. Es decir, aquellos hombres musulmanes que no respeten la ley, están expuestos a un año de cárcel y a multas de hasta 15.000 euros. Una pena importante que clarifica la intención de los creadores: “Esta ley no se ha elaborado para proteger a la sociedad francesa del islamismo radical, sino para defender los derechos de las mujeres”, asegura uno de los redactores.
El proyecto prevé, además, un periodo de reflexión de seis meses desde la promulgación de ley hasta su entrada en vigor, para poder permitir que las mujeres a las que se dirige puedan reflexionar. Aunque “la dignidad es el único fundamento válido”, esta noción no está recogida en la Constitución, por lo que el Gobierno francés teme el rechazo del Consejo Constitucional.