A pesar de lo que dicen las encuestas, todavía habrá que esperar a finales de verano o a principios de otoño del próximo año 2011 para saber si Sarkozy decide aparecer en las listas de candidatos a la presidencia del país para afrontarse a un segundo mandato. Interrogado por el diario francés Le Figaro, sobre su baja tasa de popularidad el presidente francés afirma “en la profesión de jefe de estado, a veces, hay que hacer cosas que son justas pero que no son populares”. “A mí me han elegido para llevar a cabo reformas necesarias que saquen al país de la crisis”, señala.
Sobre los rumores de infidelidad en su matrimonio, que han invadido la escena política, el jefe de estado asegura que “los cotilleos no tienen importancia, forman parte de la vida moderna, de un sistema”. Y añade “aunque no tengo la culpa, siento mucho que haya gente que se altere tanto”. En cualquier caso, la actual prioridad de Sarkozy es la de responder a la demanda del pueblo que pide “sáquenos de la crisis en la que estamos”. Por ello, el jefe de estado considera que este objetivo es el que debe “motivar cada minuto, cada instante” de sus actos al frente del país.
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