viernes, 1 de octubre de 2010

Francia subasta la mayor muestra de recuerdos de Tintín


El reportero belga más conocido del mundo es noticia en Francia. Desde el pasado jueves, hasta el próximo 8 de octubre, la casa de subastas parisina Piasa acoge una original exposición de 400 objetos, que más tarde se presentarán en la segunda gran subasta de Tintín del año.

Entre las piezas procedentes de colecciones privadas, que componen la muestra, figuran objetos muy variados y de todas las fechas: desde sellos o tarjetas postales, valoradas en 200 euros, hasta un gran dibujo de Tintín con un huevo de Pascua, creado en el año 1951, de un valor de 34.000 euros. Alexis Velliet, director de Piasa, comenta que el objetivo de esta venta exclusiva es el de “descubrir o redescubrir piezas de Tintín desconocidas, olvidadas o que se daban por perdidas”.

El pasado mes de mayo, se subastaron en París 230 lotes de muestras originales relacionadas con un personaje que levanta pasiones: sus aventuras se han traducido a más de 80 lenguas y se han vendido 230 millones de ejemplares por todo el mundo. A esta venta, explica el experto, “acudieron cientos de personas de muchos países, sobre todo europeos, pero también algún coleccionista chino”.

Entre los objetos vendidos había dibujos, tablas y extraños recuerdos del célebre personaje de cómic, creado en 1929. Pero también obras “excepcionales que datan de los años treinta y que se han descubierto recientemente”, dice el experto. Es el caso de una acuarela titulada Tintín y de las conchas o de una estatua de bronce de este personaje y su perro, de la que sólo existen cinco ejemplares en el mundo y que está valorada en 200.000 euros.

Para la segunda subasta del año, los organizadores han querido enmarcar la venta en un lugar original. El autor de Tintín, Georges Remi, más conocido por el nombre de Hergé, se inspiró en el Château de Cheverny, en la región francesa de la Loire, para crear uno de los escenarios de las míticas aventuras de Tintín, el capitán Haddock, el perro Milú y el profesor Tournesol. Por eso, “hemos pensado que este lugar ambienta muy bien una subasta de objetos relacionados con la obra del artista”, asegura Velliet.

“Es curioso pensar que cuando Tintín nació, hace 81 años, enseguida despertó el interés del público”. Por eso, “se crearon todo tipo de cosas de esta temática y que hoy encontramos”. En la exposición de París se pueden admirar sellos, cheques con la cara de Tintín, dibujos dedicados, cómics, acuarelas, figuras y otros objetos que datan de los años treinta. Entre las piezas particulares, figura un ejemplar de Tintín en América de 1934, en un “excepcional estado”, indica Velliet.

“Los coleccionistas de Tintín se interesan por todo”, asegura el experto, que es testigo de la existencia del primer ejemplar del periódico en el que se publicó por primera vez una viñeta del reportero belga. “Hay apasionados que están dispuestos a pagar una fortuna por adquirir la primera versión de uno de los cómics”, afirma.

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