sábado, 16 de octubre de 2010

Francia sufre la movilización social más importante de los últimos quince años


Lejos de calmarse la tensión social se incrementa en Francia. Mientras el Senado continúa debatiendo la reforma de las pensiones –la votación se ha aplazado al próximo miércoles-, el país lleva toda la semana inmerso en una huelga indefinida y en una cascada de protestas. La situación comienza a parecerse a las movilizaciones del año 1995, que paralizaron el país durante casi tres semanas. Aparte de las ya rutinarias perturbaciones en los transportes públicos y en la red de ferrocarriles francesa, el gobierno se enfrenta a dos nuevas problemáticas: la entrada en la escena revolucionaria de los estudiantes de liceo y el in crescendo riesgo de penuria de carburantes. Los sindicatos vuelven a manifestarse hoy en las calles y han previsto otra jornada de importantes movilizaciones el 19 de octubre.

Adolescentes “manipulados”
La presencia de adolescentes de quince años en las manifestaciones es una “irresponsabilidad”. El presidente francés, Nicolás Sarkozy, advirtió a los sindicatos de que no involucraran a los jóvenes estudiantes en las movilizaciones. Sin embargo, la participación de los adolescentes en la contestación ciudadana adquiere una amplitud considerable. También las asociaciones de padres de alumnos denuncian la “manipulación” de la que están siendo víctimas los chicos, quienes se están movilizando rápidamente gracias a Internet y a los mensajes de texto de móvil pero “ni siquiera saben por qué protestan”. “Se está atentando contra la libertad de ir a clase”, aseguró el rector de la academia de Burdeos, Jean-Louis Nembrini.

Ayer mismo, las protestas se sucedieron en unos novecientos centros de educación secundaria de todo el país, según los sindicatos y en la mitad, según el gobierno. En total, el 15% de los liceos sufrieron diversas perturbaciones a lo largo de la semana. En algunos casos, los encuentros están desembocando en violentos incidentes. Las fuerzas del orden tuvieron que intervenir en las afueras de París, incluso con proyectiles de bolas, para tratar de interrumpir los disturbios. El balance de la jornada: varios heridos. Ante esta problemática situación, el ministro francés del Interior, Brice Hortefeux, ha apelado a los padres de los estudiantes a “cargar con toda la responsabilidad”.

Penuria de carburante
Otro de los problemas que afectan gravemente a Francia es la interrupción de la actividad en las doce refinerías del país. El gobierno ha tenido que autorizar la apertura de las reservas de petróleo para poder cubrir las necesidades de los transportistas y de los aeropuertos. Según el sindicato del grupo Total, “no ha habido una movilización de esta amplitud desde 1968”. Para luchar contra el riesgo de penuria, las autoridades han recurrido de nuevo a las fuerzas del orden, que están interviniendo cada día para desbloquear el acceso a la gasolina. Sin embargo, las medidas puestas en marcha son insuficientes, puesto que de momento, el sector petrolero no tiene la intención de reanudar sus servicios. En unos días, los aviones, -que por ahora recurren al carburante en stock-, tendrán que repostar en otros países.

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