El problema de violencia callejera que afronta el país se debe, según Nebot, a la falta de severidad en la aplicación de la ley
Tres días de violencia ininterrumpida, con disparos a la policía incluidos. El gobierno francés ha desplegado un importante dispositivo con más de 300 policías para hacer frente a los últimos episodios de delincuencia ocurridos en el sur de Francia. Sin embargo, “este dispositivo es temporal y cuando termine las calles se quedarán de nuevo sin vigilancia como ocurre siempre”. Francis Nebot, es Comandante de policía y secretario general en el sindicato de oficiales de la Policía Nacional. Su experiencia de veinte años al servicio de la policía judicial, donde se ocupaba del tráfico de estupefacientes y de los robos a mano armada, le conduce a opinar que el problema en Francia es que “la justicia no condena severamente a los delincuentes”. Aunque “Existen leyes y hay penas previstas, Nebot asegura que “nunca se aplican y siempre se reducen”
En toda Francia, hay más de un centenar de zonas llamadas “sensibles”. ¿Cómo pueden controlarse?
Para empezar, se necesitan más policías y gendarmes pero en vez de aumentar el número de efectivos, se disminuye cada año. Además, es urgente que la justicia sea más firme y que se aumente la duración de las penas de prisión.
Es decir, ¿no hay suficiente represión?
El poder soberano del Estado queda en entredicho cuando en Francia, existen individuos que poseen ilegalmente armas de fuego y que no tienen ningún reparo en disparar a los representantes de las autoridades. La policía francesa es víctima de tiroteos a diario. Francia es uno de los raros países de Europa en el que se viven situaciones de este tipo y la razón es que carecemos de una política lo suficientemente represiva. No se puede, por un lado, querer erradicar la violencia urbana, y por otro, no condenar severamente a los autores.
¿Y la medida de la “video vigilancia”, anunciada por el Gobierno?.
Esta medida puede permitir la identificación de los autores de los delitos, pero no ha de solucionar el problema de la delincuencia generalizada. Por otra parte, la instalación de cámaras en barrios conflictivos se antoja complicada, en tanto que los dispositivos pueden sufrir ataques vandálicos.
¿Qué deberían hacer, entonces, los poderes públicos?
¿Vamos a continuar, durante años, dejando impunes a los delincuentes que disparan a los policías o se van a decidir por fin a ser severos?
¿Cuáles son las carencias del actual sistema judicial?
En Francia la acción judicial es completamente deficitaria por varias razones. La política de exoneración de penas peca de un exceso de flexibilidad. Además, corre peligro el efecto de ejemplaridad de las condenas, en tanto que, con el nuevo sistema previsto en la ley penitenciaria, las personas con penas menores de dos años se ven libres de ir a prisión.
¿Por qué se ha flexibilizado el sistema?
Existe una superpoblación en las cárceles del 20% y han resuelto el problema al revés: en vez de construir más prisiones, modifican las leyes para que no se encarcele a los delincuentes.
Desvestir un santo para vestir otro…
Si no se neutraliza a los individuos van a continuar delinquiendo. Pierden el miedo de ir a la cárcel y reinciden. Para los delincuentes la actual función penal es una broma. Cuando un gamberro no se ve condenado y su única obligación es la de llevar una pulsera electrónica, va a tener un sentimiento de impunidad. No se le castiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario