lunes, 20 de septiembre de 2010

Entrevista. “Francia es el principal objetivo del terrorismo islamista”

 

Mohamed Douhane, comandante de la Policía de París, confirma que el país está en alerta máxima ante un posible atentado

“Las amenazas de un atentado en Francia nunca han sido tan importantes”. Esta era la advertencia que hacía el responsable de la Dirección central de información interior, DCRI –Servicio de informaciones del ministerio del Interior-, Bernard Squarcini, quien asegura que “hoy estamos en la misma situación que en el año 1995”, un año marcado por una ola de atentados en Francia. En esa época, “las amenazas procedían únicamente de Alger. Ahora, se han extendido considerablemente”, afirma.

Desde 2005, en Francia la alerta de atentados terroristas se sitúa en el nivel rojo, el tercero de los cuatro niveles de peligrosidad que determina el plan Vigipirate, -dispositivo de seguridad francés contra las amenazas terroristas-. Pero durante los últimos días, ante una “amenaza real más importante que nunca”, según ha asegurado el ministro francés del Interior, Brice Hortefeux, París y las principales ciudades de este país han reforzado la seguridad, sobre todo en las zonas de mayor riesgo.

Entrevistado por LA GACETA, Mohamed Douhane, comandante de la Policía de París explica que el “ambiente de tensión y de voluntad evidente de venganza, por parte de grupos islamistas” provoca que quieran “tomar represalias contra Francia”. “Nuestro país”, explica Douhane, “debido a su historia, a su compromiso en Afganistán, a sus posiciones en materia de política extranjera y a sus debates sociales como la ley sobre el velo integral, representa un interés particular para ciertos movimientos islamistas radicales, que acusan, erróneamente, a Francia de dirigir una política hostil a los intereses del islam y del mundo musulmán”.

Objetivo: los transportes
Además de “los posibles atentados contra empresas francesas en el extranjero o contra las representaciones diplomáticas en el Magreb”, Douhane detalla, que dentro del territorio nacional, “el riesgo se incrementa” en las llamadas “zonas sensibles”, que son, principalmente, “los transportes, las estaciones de tren, los aeropuertos, el metro…” Pero también corren peligro “los lugares de culto como las iglesias, las sinagogas o incluso la Mezquita de París”, puesto que “los radicales acusan a la comunidad musulmana en este país de servir a los intereses del Estado francés”.

Las autoridades francesas no excluyen “el ataque de una mujer camicace, que podría hacerse explotar en pleno centro de la capital francesa”. Además, “los terroristas pueden actuar a través de un coche bomba o de un secuestro”. Las probabilidades de un ataque en los transportes son más elevadas dado que “además de haber una gran concentración de la población, en los lugares cerrados, los daños causados son mayores, es donde se genera un mayor pánico y donde se puede matar a más gente”, asegura el policía.

“Los terroristas pueden ser personas residentes en este país” –según Interior, de los seis millones de musulmanes que viven en Francia, unos 300 individuos y unos treinta lugares de culto suponen una amenaza para la sociedad francesa-, o gente que se desplace al objetivo a atacar”, añade Mohamed Douhane, que considera que “la lucha contra el terrorismo es como una partida de ajedrez”. “Cuando hay un secuestro –por ejemplo como pasó con Michel Germaneau-, después hay una operación en la zona contra AlQaeda, y entonces aumenta el riesgo de atentados”. 

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