miércoles, 8 de septiembre de 2010

Sarkozy se mantiene firme frente a la contestación ciudadana



Nicolas Sarkozy se mantiene firme pese a las dificultades. Entre la crisis que no acaba, los escándalos que implican a ciertos miembros de su gobierno, las críticas internacionales por su política de repatriación de gitanos rumanos y búlgaros y las huelgas, la vuelta al cole está siendo intensa en Francia.

Desde el Elíseo, el tema de las reivindicaciones sociales se lo toman con humor: “Si no hubiera una gran manifestación ante una reforma tan importante como la de las pensiones, no sé cuando la van a hacer”, ironizaba uno de los consejeros del presidente. La de ayer, fue la sexta huelga general de este año –la tercera contra la reforma de las pensiones– y afectó a casi todos los sectores: transportes, correos, justicia, medios de comunicación, colegios, comercios…

Bajo el lema “pensiones solidarias, empleos, salarios, una apuesta social”, miles de ciudadanos franceses se manifestaron por las calles de toda Francia contra la política de Nicolas Sarkozy. Los ocho sindicatos organizadores mostraron su satisfacción por la repercusión de la movilización: “Somos muchos más que el pasado 24 de junio. Era el objetivo, y el gobierno no podrá hacer como si no hubiera pasado nada”, afirmó el secretario general del sindicato galo CGT, Bernard Thibaut. Para François Chérèque, dirigente del CFDT, otro de los sindicatos organizadores, “ha sido la movilización más intensa de los últimos años”. Aunque se habían propuesto congregar a dos millones de personas por todo el territorio francés, la cifra final se quedo en algo más de la mitad, según los datos publicados por el ministerio del Interior. Sólo en París, la cifra aproximativa del número de manifestantes fue de 80.000 personas.

Cierto es que el Gobierno francés se lo esperaba puesto que antes de que las pancartas invadieran el país, desde el Elíseo intentaron prevenir y sobre todo, atenuar la tensión que invade el ambiente. El primer ministro, François Fillon lo había advertido: “Será una movilización importante”.

“Ahora le toca al gobierno decir las concesiones que se van a hacer”, declaró el secretario general de la Unión de sindicatos autónomos, Alain Olive. “Es necesario que el gobierno hable rápido” o “el gobierno debe cambiar de lógica porque si no, no nos quedará otra solución que la de continuar”, fueron otros de los mensajes de ultimátum al Ejecutivo que se lanzaron ayer.

La firmeza es la palabra que mejor define a estos sindicatos, quienes no tienen la intención de ceder. Si el gobierno no responde a sus reivindicaciones, ha quedado claro que “habrá otras movilizaciones” a las que ya han puesto posibles fechas.

El que también se mantiene inflexible en algunos aspectos es Sarkozy, que ya advirtió de que “no cederá” ante algunas de las disposiciones clave de la reforma de las pensiones, como el retraso de la edad legal de jubilación a los 62 años. Otras de las medidas “son negociables”, aseguró el presidente, que tampoco cambiará el rumbo en su política de inmigración.

“La corriente eléctrica es más elevada que en ocasiones anteriores. La manifestación tendrá sentido. Será un mensaje que habrá que escuchar”, aseguró el presidente del Senado, Gérard Larcher.

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