Después de la reforma de las pensiones, el proyecto de ley sobre inmigración y seguridad es uno de los asuntos más polémicos en Francia. Adoptado el pasado mes de marzo en Consejo de ministros, la Asamblea nacional francesa ha comenzado a examinar el texto que prevé incrementar la lucha contra la delincuencia y la inseguridad de los ciudadanos.
Facilitar las expulsiones
La problemática de la actual legislación sobre los procesos de expulsión de inmigrantes es que el 80% de los casos de clandestinidad registrados por escrito, no son repatriados en la práctica. En su empeño por acabar con esta preocupación, el gobierno prevé con la nueva ley, endurecer la entrada y facilitar la salida de los inmigrantes –incluidos europeos- de Francia. En primer lugar, la retención máxima de extranjeros en situación irregular se incrementará de 32 a 45 días. Otra de las propuestas hace referencia a la ampliación de las “áreas de espera” especiales, en las que se acoge a los ‘sin papeles’, mientras que se tramitan sus derechos, -repatriación o asilo-, y de donde es más fácil expulsarles. El proyecto impulsado por el ministro de Inmigración, Éric Besson, prevé, asimismo, sancionar los “abusos de corta estancia” a través de la expulsión de las personas que multipliquen sus estancias con el “objetivo de permanecer en el territorio”.
Entre las disposiciones que han sido objeto de las críticas y motivo de divergencia entre la derecha y la izquierda, figura la pérdida de la nacionalidad para aquellos delincuentes que agredan y atenten contra la vida de policías y gendarmes o contra cualquier otro miembro de la autoridad pública. Ante la polémica suscitada, Sarkozy ha decidido finalmente que la desnaturalización no afecte, por el momento, a las personas que practican la poligamia en Francia, como había sugerido el ministro del Interior, Brice Hortefeux. Aunque sí se endurecerán las sanciones contra los fraudes a las prestaciones sociales, cometidos por este tipo de familias.
Cuando la ley entre en vigor, los inmigrantes que quieran adquirir la nacionalidad deberán realizar demostrar su “integración” en la sociedad francesa, en materia “cívica, científica, económica, cultural o deportiva” y deberán firmar la “carta de los ciudadanos”, mediante la cual, aceptan “la adhesión a los principios y valores esenciales de la República”.
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